Sunday, March 19, 2006

el olor entre las piernas, cap. 72 Remember, remember the 5th of November


El olor entre las piernas, cap. 72
Remember, remember the 5th of November

Sucede que Guy Fawkes era un tipo común y corriente que hizo un acto de extrema locura y valentía: intentó volar el Parlamento británico en 1605 con mucha, mucha pólvora. No es de extrañarse que los ingleses, furiosos ante semejante acto de sedición, y sin detenerse a pensar en los motivos del individuo, lo tiladaran inmediatamente de traidor a la nación, para luego torturarlo y ejecutarlo en la horca. Sin embargo, todos los 5 de noviembre se reúnen a celebrar lo que llaman Bonfire Night. Así, como si fuera el día de San Patricio en Irlanda, en Bonfire Night la familia inglesa se reúne en el patio de atrás de la casa, hacen un barbecue, o lo que sea que hacen los ingleses cuando se reúnen, beben "ale" y contemplan su vida a través de los fuegos artificiales. Qué es lo que celebran, en realidad, sin darse cuenta? El intengo de Guy Fawkes por darle un frenazo a lo que él concebía como desastroso: los inicios e indicios de que el mundo estaba destinado a convertirse en la porquería que tenemos ahora.

A veces me pongo a pensar en qué momento del camino Puerto Rico se jodió. Acaso fue desde que Aníbal Acevedo Vilá ganó las elecciones como gobernador, ganando también la plataforma PNP para joderle la existencia y hacerle el reinado imposible? Tiene que ver con la trifulca por el poder entre Pedro Roselló y Kenneth McClintock? Se debe acaso a la pesquisa del video C-59? O es que lo que tenemos ahora es el resultado de años y décadas atrás en el que el cado se estaba cocinando?

A lo mejor alucino, pero dando marcha atrás a la historia, este país empezó a joderse desde que don Luis Muñoz Marín mandó a derribar el tren existente, para invitar a las compañías americanas y europeas a que invirtieran en traer más automóviles a Puerto Rico, obligando a los criollos a comprar los mismos. Qué tenemos ahora? Tapones que le sacan el más exacerbado road rage a gente que usualmente es pacíficamente vaga e imposiblemente pasiva. Compañías de arquitectos e ingenieros mediocres e imbéciles que destruyen casas históricas en Miramar y Santa Rita para vender los espacios como parkings multipisos (y uno se pregunta si la imbecibilidad la adquirieron antes o después de coger los cursos de Historia del Arte Contemporáneo, donde de seguro les tuvieron que haber hablado del Art Nouveau, el Art Deco y la arquitectura de su país; o si es que por irse a un colegio técnico y adelantar su carrera, traducción : "terminar más rápido", se perdieron la oportunidad de coger estos cursos). Desarrolladores que no entienden lo que es la zona del karso y los manglares, o peor, que no les importa un coño que son éstos, no lo que representan a nivel ambiental. Y sobretodo, políticos que sólo tienen en la mente el signo del $$$, y la palabra PROGRESO, sin preguntarse "progreso, hacia qué?".

A lo mejor me voy en brote, pero podría dar marcha aún más hacia atrás, al momento en que Emeterio Betances le vendió el alma al diablo (Estados Unidos) con tal de deshacerse y librar a Puerto Rico de España. Con eso, le enseñó a los políticos modernos a que todo es relativo, a que no hay constantes, y que como nada es duradero, no vale la pena defender nada, todo es vendible, nada es imprescindible. Ni siquiera la dignidad. Y de paso, le enseñó a los boricuas a que la dignidad precisamente porque no te da de comer, no te hace falta. En otras palabras, LOS PUERTORRIQUEÑOS SOMOS PERROS FALDEROS gracias a Betances. Gracias por bajarnos la autoestima colectiva y tirarnos al fango, porque gracias a ti, Betances, nunca entenderemos que la dignidad SI hace falta, que aunque no nos da de comer, nos da un norte, nos da aspiraciones, nos da equilibrio; que SI necesitamos el arte, que aunque no nos da de comer, y no sirva para nada, sirve para darnos belleza, porque al mundo entero no le viene mal más belleza, esta siempre hace falta, y deberíamos acostumbrarnos a pagar por ella, como lo hacen otros países, pero también a buscarla y crearla como Dios manda; que SI es necesario pensar en los demás a la hora de tomar decisiones, que no vivimos en un vacío, ni social ni cultural, y que por alguna razón no podemos vivir completamente solos, porque nos volvemos locos.

Anoche vi la película V FOR VENDETTA, basada en un cómic de Alan Moore que realizó en la época en que la Thatcher era Primera Ministro de inglaterra. Durante los ochenta, la política de la primera ministro se cconvirtió en lo que hoy se conoce como "thatcherismo", que implica, entre algunas cosas: oposición a las uniones obreras y sindicales, reducciones en programas dirigidos al público, privatización de industrias y servicios del estado. Sus políticas causaron desempleo masivo y una gran desindustrialización, razón por la cual, es una de las figuras inglesas más odiadas por el pueblo.

Me pregunto, hasta qué punto Puerto Rico ha caído en el thatcherismo. V FOR VENDETTA propone un mundo que se acerca terriblemente a esta isla, dominado por un partido conservador que gira alrededor de un político corrupto y extremadamente demagogo, que se parece demasiado a Hitler, pero que bien podría ser Roselló (quien es el IMBECIL más grande que ha parido este país, al atreverse a compararse con Ghandi y Martin Luther King, Jr.; de más está decir que ambas figuras se le quedan tan grandes como decir hormiga ante Vía Láctea). El mundo dentro del filme también nos habla de la prohibiciones del arte como vía hacia el pensamiento libre, de la política de oposición, de los movimientos sindicales, de la homosexualidad, de otras religiones que no son la oficial, de la variedad tal y como es variedad (y piensa un poco, lector, si no es cierto que la Inglaterra de la película es un reflejo del Puerto Rico de hoy, domingo, 19 de marzo de 2006).

Al igual que en la película, a mí me gustaría ser V, y buscar la forma de enviar una AMA llena de fertilizante, jabón y pólvora al Capitolio, con todo y senadores mientras se reúnen contentitos a deliberar nuevamente sobre el fucking video C-59, que NO TIENE RELEVANCIA ALGUNA PARA EL PUEBLO. O mejor aún, coger 12 latas de spaghettis Chef Boyardee, hacer una molotov con ellos, tirarle par de bombas a la casa de Roselló, a la de Rivera Schatz, y a la de Félix Plaud, así como a la de Rubén Berríos, Fernando Martín; explotarle las Explorers y las Caravans a los desgraciados del PPD, por hacerse los que hacen algo y no hacen un carajo; pero más que nada, organizar un ejército de enmascarados que saquen a toda esta basofia de gente vaga, quienes se ganan un sueldazo por hacer nada, y que insisten en que es importante que el presidente del partido ocupe el escaño de Presidente del Senado, cuando nosotros los parceleros, los pueblerinos, los perros falderos sin niguna dignidad escogimos a un representante que SI nos pareció digno. Insisten es decirnos que es importante la pesquisa por el jodido video C-59, cuando NO LO ES. E insisten en demostrarnos que hacen algo en su tiempo, cuando NO HACEN NADA DE VALOR CON EL DINERO QUE LES PAGAMOS.

Yo haría un Guy-Fawkes-Act, por qué no. Claro que lo haría! Este país está jodido porque le hace falta una guerra civil y nadie se atreve a aceptarlo. Nadie se atreve a darle cara. Yo quiero un guerra civil para este país. La necesito y la necesitamos, porque es mucho el coraje, y la rabia ya opaca nuestra razón. Lo predigo, alguien está a punto de cometer una gran estupidez, y este país se va a ir al coño.

Thursday, March 09, 2006

El olor entre las piernas, cap.71 La cancha de la Comunidad Figueroa

El olor entre las piernas
Cap. 71
La cancha de la Comunidad Figueroa

Hoy parecía un buen día para montarse en el carro, buscar alguna forma de evadir el tapón de las 5:30pm, y tirarse por ahí a buscar algo más que urbanizaciones a las que la AEE les corta los árboles hasta dejarlos en tucos con tal de no tener que venir a podarlos dentro de 6 meses. Esta columna bien podría prestarse para criticar masivamente esa acción, y de paso, darle una bofetada a los ingenieros que habitan en el cénit de esta ciudad. Asimismo podría prestarse para destruir a mi gente por lo vaga que es, pues qué rayos es eso, de no querer volver dentro de 6 meses a realizar una labor que les toca? Adónde se ha ido el placer por un trabajo bien hecho, la satisfacción de realizar la labor que a uno le toca, como parte de un todo social? Pues eso, en este país se perdió hace más de diez años atrás, y estoy siendo compasivo. Pienso que debemos asumirlo como grupo, que somos vagos, aunque no lo seamos, para así tener por lo menos, un punto de partida. Es como el conserge del piso 5 de Torre del Norte, mi piso. El tipo no hace nada, viene a chulear con las chicas del piso 4 y no limpia ni hace nada. Están locos por despedirlo, pero no pueden hacerlo porque está unionado. Que no puede usar químicos fuertes porque le da asma. Pues que renuncie y abra la plaza para otro que sí quiera trabajar, coño! Esta semana, otros tres muchachos de mi piso y yo le sacamos fotos a los baños de nuestro piso. Una costra marrón-púrpura creció en los azulejos del piso de las duchas, mientras que se podía leer claramente CONSERJES PUERCOS! en las losetas de las paredes de las duchas, pues alguien escarvó las letras de entre la costra blanca que deja el jabón después de más de un semestre sin echarle lejía, o raspar las losetas con una esponja de BRILLO. Hicimos unos fliers en forma de protesta que pegamos por todos los pisos, por el sótano (que funje como oficina del equipo de mantenimiento) y la oficina de la directora de la Residencia, todo esto a las 4:30am. Los fliers leían consignas como: "Así de puerco debes ser en tu casa...", "Si no quieres trabajar, dale tu plaza a otro", y "Si no limpias hoy este chiquero, mañana te pediremos la renuncia e iremos al periódico Diálogo con estas fotos".

Pero esta columna no es para eso. Este escrito es mucho más compasivo que una simple diatriba contra un país negligente que atraviesa por un período de negación.

Como dije, hoy era un buen día para perderse por algún resquicio de San Juan. Paseaba por la calle Cerra y decidí meterme por lo que resultó ser la Barriada Figueroa. Me pareció interesante ver las casas apiñadas unas casi encima de las otras, dejando poco espacio en sus calles, claro con automóviles estacionados a ambos lados de ésta. Los niõs y jóvenes llegaban caminando de las escuelas, con distintos uniformes: unos de camisa amarillas, otros de camisa color vino, faldas azules, y verdes. Entre las calles Villamil y Las Palmas, se erige una gran caldera circular, que me pareció la cisterna de la urbanización. Pero me impresionaron dos cosas, más allá de la cisterna. Un poco más arriba, en la distancia, dos perros machos hacían el amor entre la basura, sin que nadie los interrumpiera, sin que a nadie le diera asco, un acto muy natural entre ellos. A la vuelta de la esquina, corriendo un poco más en el Buga, mi auto, me topé con la cancha. Tenía un letrero que leía: CENTRO RECREACIONAL COMUNIDAD FIGUEROA. La cancha estaba circundada por una verja perfectamente labrada, refungiando en su vientre a unos muchachos descamisados que ostentaban cuerpos perfectos a fuerza de trabajo duro, hambre y baloncesto, de esos cuerpos fibrosos que el sudor sólo puede acentuar más. Jugaban tranquilamente, sin preocupaciones, enseñando la mitad de sus calzoncillos, mientras algunos adultos hablaban en la calle amenamente, guardándoles el juego, asegurándose de que no se perdiera la cancha entre adictos y tiradores de drogas migratorios. Me pareció tan familiar que enseguida me entristeció saber que a esta comunidad le queda poco tiempo, antes de que el aire general de Puerto Rico la contamine con su violencia, y se interponga la vagancia y nadie quiera luego hacer nada.