Tuesday, November 29, 2005

el olor entre las piernas, cap. 61 Pena, penita pena, o la noche en que Rosalina y yo fuimos Sherlock Holmes

El olor entre las piernas,
cap. 61
Pena penita pena, o la noche en que Rosalina y yo fuimos Sherlock Holmes

Ayer, 29 de noviembre de 2005, mi vida cobró sentido, aunque por tan sólo media hora. Rosalina se apareció por mi cuarto, luego de dos semanas sin verla. Creo que la había traído con el pensamiento, porque tenía planeado dejarle una nota suicida debajo de la puerta de su cuarto. Antes nos dejábamos cuentos. No se lo dije, y probablemente nunca lo haga, pero la nota decía algo así:

“Lo más triste de todo, es que nunca regresaste de España. Siempre te voy a querer, en este mundo o en Oz,
DC”

He decidido que esas serán mis últimas palabras si algún día, por la razón que fuera, me administrasen la pena de muerte.

Rose y yo nos fuimos a Burger King, porque no podía dilucidar el por qué llevaba desde el domingo sin dormir. He tenido pesadillas. Sueño con gente muerta. Dentro de esta clasificación hay tres grupos: los muertos que se me han muerto que he conocido en mi vida (Reynaldo, mi padre, Sandy…), los muertos futuros que todavía están vivos (Mayra, mi pariente, Moe, Juancarlos, mi hermana, mi madre…), y los muertos que nunca conocí, pero que se que están en el pasado de mi sangre (mi abuela británica que murió veinte años antes de yo nacer, mi tío gay que murió de SIDA…). Todos han estado apareciendo desde el domingo en la noche.

-¿Qué crees que sea esto? –me preguntó mi pariente por teléfono, inquiriendo seguramente sobre alguna explicación sobrenatural, ominosa y muy jugosa.
-No sé, honestamente NPI. Creo que necesito bajar presión por todos lados. Estoy en stress y ya se está viendo. No estoy escribiendo como antes, me cuesta trabajo leer y terminar un libro, cuando antes me leía cinco por semana. Me gusta mi trabajo de maestro, pero me chupa demasiado. Quisiera editar OZ y ponerme a traducirla al español. Hacerlo ya de una vez y dejar de estar posponiéndolo por vagancias mías. Pero no tengo ánimo. Creo que estoy pasando por la peor depresión de mi vida y creo que es hora de salir corriendo adonde un psiquiatra, qué sé yo, que me dé una pepa y enpastillarme por par de meses en lo que puedo bregar con mi vida.

Mientras se lo decía a Rosalina en Burger King, comenzaron a tocar canciones de los 80’s de fondo. Doy un puñetazo en la mesa y grito con ganas: PUÑETA, ¡ODIO LA MÚSICA DE LOS OCHENTA! Rosalina arqueó una de sus cejas, muy María Félix y me dijo que era todo un drama queen. Y le dije que sí, que con mucho orgullo. Nos fuimos de allí, y al caminar de regreso a la Resi, fue que las vimos: un montón de cruces blancas con paños negros y nombres escritos en rojo. Nos estuvo curioso, porque el primer nombre leía SPENCER GOODMAN. Rings a bell…

Me dio con sacar la libreta del bultito gris y negro con el que siempre ando, incluso a la escuela donde trabajo, por aquello de que me dé con escribir algo. En el próximo poste había otra cruz. Leía: DAVID HICKS. Rings too much bells…
A Rosalina le pareció una propuesta artística, especialmente cuando vimos que en cada poste de luz había una cruz con un nombre distinto: RANDALL HAFDAHL, TRACY HOUSEL, TUAN NGUYEN, DANIEL ZIRKLE, MARILYN PLANTZ, CHARLIE LIVINGSTON, WALTER WILLIAMS, JESSE DE LA ROSA, GARY LEE DAVIS… El último que verificamos, cuando llegamos desde la Resi hasta el puente que cruza la Ponce de León por encima de la Ave. Central fue el de MICHAEL EUGENE SHARP.

-David, esto debe ser algo en contra de los soldados muertos en Irak.
-O puede ser recordando a gente muerta. Es que Rose, tres o cuatro de estos nombres me suenan demasiado. Los tengo en la parte de atrás de la cabeza. Me suenan demasiado familiares.
-Ay, David. Me siento como Sherlock Holmes.
-Yo también y eso me asusta, pero está cool porque por lo menos por media hora, mi vida ha cobrado sentido.
-¿Los buscamos en Internet?
-Me leíste la mente, eso mismo.

Sucede que las últimas palabras de Randall Hefdahl fueron las siguientes: "All I want to say, I love you. Approximately 28 years ago, I remember looking down at a bassinet. I saw an angel. I am looking at her right now. I love you Colleen. Let's get going. The road goes on forever and the party never ends. Let's rock and roll. Let's go Warden. Me and you, all of us. Remember Wet Willie. Keep on smiling, keep smiling. I love you. It's on the way, I can feel it. It's OK baby, we have a party to go to." Luego de esto, le aplicaron la inyección letal el 31 de enero de 2002.

Se me heló la piel cuando hice semejante descubrimiento. No quedó allí. Su última cena consistió de "A Chef salad with ranch dressing, double meat cheese burger (all the way), French fries, ketchup, and a chocolate shake."
Las palabras de Spencer Goodman fueron las siguientes: “To my family, I love them. To Kami, I love you and will always be with you. That’s it Warden.” Spencer fue ejecutado el 18 de enero de 2000 por inyección letal.

David Hicks es un australiano, capturado en Afganistán, acusado de conspirar contra el gobierno americano como miembro convertido a un grupo Talibán. Hace tres años espera la llegada de su ejecución detenido en Guantánamo Bay. Sus últimos pensamientos antes de su captura pueden ser accesados en http://blogs.salon.com/0001186. El penúltimo es escalofriante.

Tracy Lee Housel sonrió y miró con intensidad al carcelero, para luego recitar el salmo 23, y 2da carta a los corintios, cap. 5 versículo 17, que dice: “se ha ido lo viejo y ha llegado lo nuevo”. También se disculpó con la familia de la mujer que había asesinado, Jean Drew. Luego lo inyectaron el 12 de marzo de 2002.

A Marilyn Kay Plantz la inyectaron el 1 de mayo de 2001, por haber conspirado con su ex novio de la infancia para matar a su marido cuando éste llegara de su trabajo a las tantas de la madrugada, mientras ella y sus hijos dormían; para luego ella despertarse y ayudar a su ex a cargar el cuerpo hasta un lugar apartado donde le prendieron fuego para deshacerse de la evidencia y cobrar el seguro de vida. No encontré sus últimas palabras.

El relato de Jeff Emery fue uno de los que más me estremeció: In a very brief statement, Emery expressed love to a female friend who watched through glass a few feet away.
"You know how I feel about you," he said. "Take care of yourself. That's all I have to say."
As the drugs took effect, Emery gasped twice and exhaled deeply before he stopped moving.

Casi me sentí como esa mujer de quien se despidió. Tuve la imagen y pude vivirla en piel y carne fría.

Charlie Livingston fue el que más me impresionó. Sus últimas palabras fueron, y traduzco: “Todos ustedes me han traído aquí para ejecutarme, no para dar un discurso. Eso es todo”. Todavía no sé por qué fueron las más impactantes para mí.

Entre site y site conseguí un blog de un tal Mookie. Dejó de escribir en julio del 2005, y en su blog aparece un poster del musical de Broadway WICKED, basado en la novela de Gregory McGuire, que curiosamente es una revisión genial de El Mago de Oz, desde el punto de vista de la Wicked Witch of the West. Es una historia que apesta a Holocausto y que curiosamente, desde el principio, se siente como una sentencia de muerte hacia ella.

En el blog, encontré cinco entries que no voy a compartir en este espacio. Los mismos pueden ser accesados a través de un search cualquiera. Es el único bloguero que se llama, o llamaba Mookie. En esos entries, Mookie discute los cinco tipos de ejecución a través de la historia: la horca, el paredón, la cámara de gas, la silla eléctrica y la más reciente invención: la inyección letal, que es la única legal en Texas y Oklahoma, estados donde la pena de muerte es alarmante y escandalosamente común (en lo que lleva de año, más de 14 personas han sido ejecutadas). No dudo que TODOS ELLOS, se lo merecían. Pero de repente, se me ocurre que en un país donde la taza de pena de muerte es tan alta, es un país con GRAVES problemas que su misma sociedad no quiere admitir. Por eso no quiero la pena de muerte en mi país, porque admito que en Río Piedras hay un violador suelto que ha atacado a más de 17 mujeres y que DEFINITIVAMENTE se merece la pena. Admito que en mi país hay maridos abusadores que se merecen algo peor que la muerte. Y precisamente porque admito que mi país tiene GRAVES problemas, por eso mismo, no quiero la pena de muerte. Invito a quien sea a que me diga en la cara que soy un idealista de mierda, y que luego me la escupa. A esa gente tengo unas palabras sacadas de boca de Gandalf, de The Lord of the Rings: “Many people alive deserve to die, and many dead people deserve to live… Can you give them that, Frodo?” Y después hay quienes se atreven a decir que el género de la fantasía es una pérdida de tiempo, que no es “high literature” lo que sea que eso es.

Lo más que me llamó la atención de Mookie fueron estas palabras, y cito: “I do have a set of beliefs that I hold firm. I have to have them, other wise there is no point in living. Among my beliefs is the belief that all Dead should be remembered. Maybe not with a kind heart, but remembered all the same. You see if there is such a thing as a Soul, as I believe, I don't think it can stay intact with out someone remembering them. For example, lets take one of my convicts. Saturdays will be a good one, Bridge. Bridge may very well be in hell, good. But he will only remain in hell for as long as someone remembers him, and his deeds. Once he is forgotten, his soul will dissipate, and the 'Particles' (lack of a good word) will be used, with other particles, to form a new soul. Therefore whatever divine being creates souls will never run out and no one will have to go through what Rosemary did.
That is one thing that I believe. Call it odd. Call it crazy. Call it whatever you like. But its me. Its my Riffic. My thoughts. With out my own thoughts I wouldn't deserve the title Mookie Riffic.”

Cuando Rose y yo nos encontramos con Luis, mi vecino del piso 5, nos enteramos de que las cruces son parte de una propuesta en contra de la pena de muerte en Puerto Rico, que llevará mil cruces con mil nombres de gente en death row, o que han sido ejecutados ya, que irá por toda la Ave. Luis Muñoz Marín y la Ave. Ponce de León hasta el Capitolio. Al enterarnos, me sentí bien conectado a Rose, porque fuimos Sherlock Holmes, y nuestras vidas cobraron vida por par de horas.

Eso fue anoche. Esto es hoy. Moe me llamó que estaba por el vecindario y que me esperaba en la Tertulia. Me dijo que quería ir al cine a ver CAPOTE. Le dije que sí, no sabiendo que la película debió llamarse EL SUICIDIO LITERARIO Y REAL DE TRUMAN CAPOTE.

La película cuenta el momento en que Capote recorta una noticia de periódico sobre un asesinato en Kansas City. Desde ese momento, Capote viaja para entrevistarse con todas las personas que de alguna u otra forma habían sido víctimas de semejante tragedia. Eventualmente se dio cuenta de que ESE era el libro que tenía que escribir, para el cual había nacido, el libro que cambiaría el curso de la escritura futura para siempre, ya que sería el inicio de la novela nonfiction, que le ganó el galardón del escritor más importante de la historia de Estados Unidos. Pero el libro no estaría completo hasta que él lograra convercer a Perry Edward Smith, uno de los autores de la masacre, de ascendencia nativo-americana, de que le contara qué fue lo que exactamente había sucedido ese día. Durante los casi cuatro años de insistencia de Capote en que Perry le contara el cuento, Capote desarrolló una amistad con el preso, y hasta le pagó abogados que hicieran lo posible por agotar los appeals y extender la vida del confinado hasta sacarle los sucedido. Cuando finalmente lo logra, el libro está completo, pero Truman queda destrozado para siempre, pues como precio a pagar por haber fingido ser amigo del condenado para sacarle la información, lo ve mientras es ahorcado. Truman Capote terminó su libro, cuyo título IN COLD BLOOD, se traduce al español como A SANGRE FRÍA, y que está publicada bajo Anagrama. Capote nunca volvió a escribir y terminar un libro después de ese. Murió a consecuencia del uso y abuso del alcohol, en 1984, cuando este servidor apenas tenía 4 años de edad.

Yo como Mookie, creo que a los ejecutados hay que recordarlos. Con todo lo que eso implica. Yo los tengo albergados en mi OZ. Así como tengo a Capote bien adentro. Especialmente a Capote, que por querer dejar una huella en la historia se suicidó literariamente.

Friday, November 18, 2005

El olor entre las piernas, cap. 60 Sueños de pierna rota

El olor entre las piernas,
Cap. 60
Sueños de pierna rota

Escribir ya no se trata de escribir, sino de cuántas conexiones puedes hacer por minuto. Moe, mi hermano mayor, se fue para Rwanda y me tiene preocupado. No hace mucho me dijo que la primera vez que fue a África le impresionó la miseria hasta el punto de determinar que el mundo entero literalmente se olvidó de África. Lo cual me acuerda que San Juan y Puerto Rico entero se olvidaron de Río Piedras, que cada día se parece más a Boston, que siempre está en construcción, ciudad inacabada.

Me caí en Río Piedras y me lastimé la rodilla. Todavía no se si sabe si es el menisco y hay que operar. Me lo dirán hoy, cuando cojee hasta el casco de Río Piedras, pequeña ciudad incompleta, para buscar las radiografías. Yo mismo soy una pequeña ciudad, inacabada, incompleta.

Río Piedras poco a poco vuelve a ser lo que era antes, en los tiempos en que nací. Ahora, con la reconstrucción del cine Paradise, imagino que tendrá la vida nocturna que se merece, la que tenía antes. Eso, si el violador errante lo permite.

Anoche Rosalina me dijo que no puede seguir escribiendo "El orgasmo de las orquídeas" conmigo. La tesina, su clase de CIFI, la de francés y la de literatura medieval la tienen seca. Hablando de literatura medieval, no puedo dejar de establecer un paralelo entre mi amiga la medievalista, y la relación entre Mayra Santos y su amiga Aurora Lauzardo, la medievalista. Volviendo a nosotros, yo mismo tengo la tinta seca, aunque poco a poco, como mi Río Piedras, humedezco mi corazón. Le dije a Rosalina que se fuera de vuelta a España. De todas formas ella sigue allá, aun después de regresar a Puerto Rico.

Cojeo por Río Piedras, pensando que caminar por estas calles es como acelerar detrás de un hombre que de lejos parece bello, acelerar para alcanzarlo y verlo, para darme cuenta de que es uno más del montón.

Anoche soñé que estaba tullido, que me faltaba la pierna derecha. Soñé con un deambulante que se pasa en la nueva placita de Río Piedras, la que queda justo frente al viejo cine Paradise. Le dicen Rafa-Sin-Piernas porque está en silla de ruedas. Si le preguntas te dirá que las perdió en la PRIMERA Guerra Mundial. Si le preguntas su edad, te dirá que tiene 24, aunque parece de 42. Esto me acuerda que Moe me dijo que cuando volvió de su primer viaje a África, no podía concebir que persona alguna se quejara de nada. Tiene razón. Pero me duele la pierna. Y por primera vez en mi vida, soy tábula rasa. Estoy en blanco, y soñando sueños de pierna rota, en los cuales me tiro al piso del dolor, a gritar y a hacer un show, mientras Rafa-Sin-Piernas me mira con una ceja arqueada.

En este momento no sé si realmente soy escritor. Aunque para ser honesto, no sé hacer otra cosa. Quizás escribo para acabar lo que tengo inacabado, para darle barniz a lo estrujado, para sanar mi pierna, para devolver el estado de VIH- a mi templo, para darme el gustazo de la niñez que no tuve, para completar a todos mis amigos que sienta incompletos, para completar y reinventar mi Río Piedras... para darle un final, aunque no sea feliz, a mi mundo.

Thursday, November 17, 2005

El olor entre las piernas, cap. 59 En la guagua fantasma

El olor entre las piernas
Cap. 59
En la guagua fantasma

95-095. Esa guagua, que a veces es C-18, otras tantas B-28, es una AMA fantasma en una cudad con demasiados límites. Te montas en ella, y no importa si es a las 6:14 o a las 7:24am, si llueve o está soleado, las gotas caen a chorros del techo por ambos lados. Tienes que sentarte siempre en el medio.

Un nene de 7 años con una camisa y peinado de Chicken Little comienza a gritar "todavía!". Es que la guagua está llena, y los que estamos de pie (yo, con una rodilla rota), esperamos alertas y ávidos por un asiento, mientras esquivamos los chorros de agua; el nene grita "todavía!", mientras se escurre por el gentío de pie, y escurre también a su abuelita, tratando de llegar a tiempo a la puerta trasera, porque con tanta gente el conductor no puede verlos, a él por mico, a ella por la osteoporosis. "Todavía!" sigue gritando mientras yo me pregunto si puedo seguir escribiendo este libro. "Todavía!", vuelve a gritar, ya casi en la puerta. "YA!" vocifera finalmente, justo al salir, antes de que le caiga una gota en la frente, provocando la risa de los presentes.

Logro sentarme y descansar la rodilla. Abro mi pequeña sombrilla para desviar el chorro que me cae inmisericorde. La gente me mira mal. Es de mala suerte. Sobretodo en una guagua fantasma.

Espejuelos nuevos. Rodilla rota. Ayer me compré unos lentes nuevos. La receta me mareó. De 125 a 250, ambos ojos. La miopía ha progresado. No quiero terminar como Wandita la budista. Esa suena a la nueva novela de Ángel Lozada. Conmigo sería "No quiero terminar ciega y vacía".

Ayer me mareé y me caí de culo. No me di en la rodilla, pero me la jodí de todas formas. Espejuelos nuevos y todavía estoy mareado. Los chorros cayendo y todavía me pregunto si puedo terminar este libro. 30 días en lo que me ajusto a la receta. 30 días a ver si se me pasa el mareo. 30 días de guaguas fantasmas y chorros cayendo. Más personas abren sus sombrillas dentro de la guagua. 95-095, ese es su número.

Wednesday, November 02, 2005

El olor entre las piernas, Cap. 58 Con la pesetita haces magia

El olor entre las piernas
cap. 58
Con la pesetita haces magia

Esperaba la B4, mientras la Ave. Ponce de León se pintaba de turquesa ante el reflejo del sol rebotando del ventanal de cristal del nuevo complejo Plaza Universidad. La AMA llegó y me pregunté si recordaría el camino antes andado hacia Santillana.

Al montarme y como de costumbre en todo lugar, me senté en la parte de atrás, la que siempre está reservada para los elementos extraños y oscuros de la ciudad. En ella, tres tecatos y una tecata limpios (recién bañados y acicalados según ellos mismos) hablaban libremente sobre los beneficios del programa de metadona; y compartían muy amigablemente con una joven madre, su hija mayor (que vestía falda a cuadros y polo blanca: uniforme de 6to grado), una nena menor que jugaba con una botella de Powerade Fruit Punch congelado, y un varoncito de no más de tres años, a quien la hermana mayor tenía en su falda y a quien le enseñaba a leer de su propia libreta, mientras la madre atendía una llamada al celular.

La niñita abrió la botella de Powerade Fruit Punch y el nene se antojó del jugo.

-Chica, yo me endiablo! Tenías que abrir el jugo frente a éste? Ahora se va antojar. Hazme el favor y guárdala!

A continuación, la hermanita menor le devuelve la botella a la hermana mayor, quien gaurda la libreta en su bulto, abre la botella y le da un poco de jugo a su hermanito.

-Ya! Más nada. - le dice mientras le da un besito.

La madre sigue hablando por el celular. Una llamada importante. Pero no le quita el ojo a su hija mayor, mientras dibuja en su viso una sonrisa de profunddo orgullo. Uno de los tecatos le dice a la niña que ella ya es toda una madre, mientras abre una cajita de Dentine Strawberry Fiesta y comienza a repartilos sentr los tecatos, la tecata, la niña mayor, los dos hermanitos, la madre, y este servidor. Y los niños toman el chicle sin miedo a que fueron entregados por un extraño. El viejo proverbio de "no aceptes dulces de un extraño" no aplica nunca en la AMA, y muy bien, porque los refranes y proverbios traen más problemas que sabiduría popular.

Al fin llegamos a Centro Médico. La hija le dice a la madre que quiere unas tostadas. La madre le dice que no tiene dinero. La tecata (que había estado leyendo un libro de Vargas Llosa) le da una peseta y le dice: "Toma. Con la pesetita haces magia". Y en ese momento, cuando todos se bajaron, comencé a reírme ante esta situación tan demente.