Wednesday, February 15, 2006

El Olor entr las pierncas, cap. 69 Death Cab for Cutie

El Olor entre las piernas
Cap. 69
Death Cab for Cutie

Me levanto por la mañana, azorado como gato pegado al techo, porque la alarma no sonó, porque en la Resi se fue la luz y nunca me di cuenta. Eran casi las 7:00am, y comenzaba a trabajar a las 8:00am. Seguramente cogería tapón, y estaría molesto todo el día porque no me daba tiempo a masturbarme antes de ir a trabajar. Era día de San Valentín.

Al meterme en el carro, prendo el radio en la 105.7fm. Lounge by the moon… es un cachondeo tremendo… recita una voz masculina clichosamente sexy, muy campy. Me doy cuenta de que se trata de Pedro Dávila, y su statemente me parece tan cursi que me provoca ganas de vomitar. Apago el radio, me pongo los headphones, y prendo el CD player en la canción #2 del CD nuevo que me había comprado el día anterior. ‘Cause in my head, there’s a Greyhound Station… where I send my thoughts to far-off destinations… so they may have a chance of finding a place where they are far more suited than here…

Me doy cuenta de que estoy harto de Tori Amos y de que necesito ya un nuevo album suyo, ya no puedo esperar más. Medito sobre la verdad bíblica que hablan los murciélagos, y cómo en el guano está la solución de la vida. Reflexiono sobre lo difícil que se me hace encontrar buena música últimamente. Words… I need words... eso me lo dijo Zisa cuando estuvimos hablando sobre el asunto. Yo pienso lo mismo. Me hace falta la palabra, me digo a mí mismo, mientras mis dedos bailan tap sobre el guía al ritmo de una música que sólo escucho yo. And I cannot guess what we’ll discover… when we turn the dirt with our palms cupped like shovels… but I know our filthy hands can wash one another’s… and not one speck will remain…

Ya en el tapón, observo cómo una muchacha joven le da por detrás al carro de una mujer mayor. Se bajan ambas. Comienzan a insultarse. La muchacha saca la mano desde atrás y se la pega a la señora mayor, que no debe ser menor de 49 años. La señora le responde. Se lanzan la una sobre la otra a arrancarse el cabello. La señora, más vieja y más experta, decide que es mejor idea arrancarle la blusa amarilla fosforescente a la muchacha. Se la hace cantos. La muchacha se queda en brassiere. Pero entonces comienza a golpear a la señora mayor con más furia, con más fuerza, sacándole sangre por la nariz y la comisura de los labios, arrodillándola en la brea, pelándole las rodillas. Un guardia estatal pasa en la patrulla. Sigue su camino sin importarle nada. Otra muchacha se apea del carro. Coge su cartera. Se nota pesada. Se le para por detrás a la muchacha. Le hala el pelo hacia atrás de golpe. La voltea hacia sí y comienza a darle carterazos fuertes en la cara, hasta tirarla al piso. Todos nos quedamos boquiabiertos en nuestros autos. Hubiera sido genial ver la escena con un pitillo de pasto. O con la garganta anestesiada de perico. Me volteo hacia la derecha. Al tipo del vecino del carro se le salen los ojos, pues a la muchacha de la camisa rota se le salió una teta. Abro la ventana un poco. Me quito los audífonos. –¡Pa que no seas cabrona, so puta! ¡A que no te paras y me das a mí, so pendeja! J-le gritaba la segunda muchacha a la primera, mientras ayudaba a la señora mayor a pararse. Un buen día de San Valentín es un día de justicia social para todos.And I ddo believe it’s true that there are roads left in both are shoes… but if the silence thakes you then I hope it takes me too…

En un coro de bocinas logramos seguir nuestro camino, veinte minutos después, mientras yo seguía con mi canción en REPEAT MODE. Llegué a tiempo a mi trabajo. No pude masturbarme ni desayunar, así que fue un día asqueroso. Me consolaron los millones de chocolates que me regalaron lso estudiantes, los cuales boté todos, por miedo a una diarrea de proporciones planetarias. So Brown Eyes I’ll hold you near, ‘cause you’re the only song I want to hear… a melody softly soaring through my atmosphere…

Al salir de mi trabajo, decido que sería una buena idea enfrentarme a la calle Peregrina de Santa Rita, porque no lo había hecho hasta entonces, y de alguna forma tenía que enfrentarme a mi odio hacia la humanidad que me provoca tanto road rage. Ya no había demasiado rastro de las casa fulminadas. Me sorprendí pensando que no me sorprende para nada la imbecilidad de los ingerieros y arquitectos de esta ciudad. Ya no me interesa preguntarme si en sus mentes, aparte del signo del dólar les cabe algo de sentido común a la hora de planificar la ciudad, o si simplemente tienen algo de conciencia cívica, o si fue que se saltaron los cursos de historia de Puerto Rico por querer salir más rápido de la universidad, acabarla en dos o tres años, o si simplemente no fueron a una universidad, sino a un trapo de colegio tecnólogico que lo que les enseñan es a hacer chavos, como en Estados Unidos, que a la población sólo se le enseña que son todos piezas de un gran reloj, that you should always fit, not only attempt to, but to actually fit, bucause if not, you are out of the clock. Yo no soy diferente, y me sorprendo alegrándome de que destruyeran las casas. Sólo Dios sabe el gran oddio que albergo hacia la cabrona de Alejita Firpi, que por culpa suya yo perdí mi empleo en lo que antes era Kinky Zone, en la Ave. Universidad (sucede que ella metió ilegalmente la mano en ARPE para que a mi jefe no le bajaran los permisos de uso y venta). Sólo Yo sé cuánto deseo verla bajo 6 pies de tierra, con cuántas ganas me gustaría que la próxima en irse a pique fuera su casa. Por más dolor que me provoquen esos pensamientos, porque esta urbanización también es mi Santa Rita. Es mía, como lo es y ha sido de medio Puerto Rico desde los 50 o 60 para acá. When soul meets body…

Creo que no me falta furia en el cuero, que me sobra y por eso se me hace tan difícil escribir, y sobretodo escribir sin juzgar, aunque de plano sepa que yo no soy mejor que la gente que tanto me encojona y a la que tanto critico. Yo mismo soy una ciudad en conflicto, llena de células literarias, células envirusadas, y sobretodo células de amor y de odio.

Este San Valentín lo pasé sólo, peleando conmigo mismo, en medio de una catequésis de road rage personal. Solamente me llegaron ideas sin ganas de desarrollarse. Millones de ideass de cosas que odio y de las cuales quiero escribir para mantenerme vivo, o para por lo menos decirme a mí mismo que estoy vivo. Hasta que coja un taxi, un “cab” y me vaya al otro lado. Un “death cab for cutie”.

2 comments:

said...

solamente te puedo decir que la ignorancia es atrevida...

elijah snow said...

si awilda, en la calle peregrina, tumbaron las dos casas que quedan exactamente al lado de la casa de Camburi, la hermana del fenecido Manuel Ramos Otero. que te puedo decir? estoy dolido.