Wednesday, November 02, 2005

El olor entre las piernas, Cap. 58 Con la pesetita haces magia

El olor entre las piernas
cap. 58
Con la pesetita haces magia

Esperaba la B4, mientras la Ave. Ponce de León se pintaba de turquesa ante el reflejo del sol rebotando del ventanal de cristal del nuevo complejo Plaza Universidad. La AMA llegó y me pregunté si recordaría el camino antes andado hacia Santillana.

Al montarme y como de costumbre en todo lugar, me senté en la parte de atrás, la que siempre está reservada para los elementos extraños y oscuros de la ciudad. En ella, tres tecatos y una tecata limpios (recién bañados y acicalados según ellos mismos) hablaban libremente sobre los beneficios del programa de metadona; y compartían muy amigablemente con una joven madre, su hija mayor (que vestía falda a cuadros y polo blanca: uniforme de 6to grado), una nena menor que jugaba con una botella de Powerade Fruit Punch congelado, y un varoncito de no más de tres años, a quien la hermana mayor tenía en su falda y a quien le enseñaba a leer de su propia libreta, mientras la madre atendía una llamada al celular.

La niñita abrió la botella de Powerade Fruit Punch y el nene se antojó del jugo.

-Chica, yo me endiablo! Tenías que abrir el jugo frente a éste? Ahora se va antojar. Hazme el favor y guárdala!

A continuación, la hermanita menor le devuelve la botella a la hermana mayor, quien gaurda la libreta en su bulto, abre la botella y le da un poco de jugo a su hermanito.

-Ya! Más nada. - le dice mientras le da un besito.

La madre sigue hablando por el celular. Una llamada importante. Pero no le quita el ojo a su hija mayor, mientras dibuja en su viso una sonrisa de profunddo orgullo. Uno de los tecatos le dice a la niña que ella ya es toda una madre, mientras abre una cajita de Dentine Strawberry Fiesta y comienza a repartilos sentr los tecatos, la tecata, la niña mayor, los dos hermanitos, la madre, y este servidor. Y los niños toman el chicle sin miedo a que fueron entregados por un extraño. El viejo proverbio de "no aceptes dulces de un extraño" no aplica nunca en la AMA, y muy bien, porque los refranes y proverbios traen más problemas que sabiduría popular.

Al fin llegamos a Centro Médico. La hija le dice a la madre que quiere unas tostadas. La madre le dice que no tiene dinero. La tecata (que había estado leyendo un libro de Vargas Llosa) le da una peseta y le dice: "Toma. Con la pesetita haces magia". Y en ese momento, cuando todos se bajaron, comencé a reírme ante esta situación tan demente.

7 comments:

Roberto Iza Valdés said...
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Yolanda Arroyo Pizarro said...

Una tecata leyendo un libro de Vargas Llosa? Eso si que es surreal! Cual era el libro?

Mara Pastor said...

yo también quiero saber qué libro de v.LL leía la tecata. por favor, como vas a omitir detalle tan imp!!!!

elijah snow said...

pues si solo pude leer Argas LLOSA, porque la mano de ella tapaba el resto...

Roberto Iza Valdés said...
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Roberto Iza Valdés said...
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Ángel Antonio Ruiz Laboy said...

Qué curioso. Despertaría el mismo interés saber que droga usaba un escritor o un lector del que se hable en una narración? O será que... Nah! no debe ser eso, no estamos tan prejuiciados, criticamos mucho las elites culturales como para no sorprendernos de que el acceso a la cultura es democrático o caer en la tentación de creernos.

Aparte:
Me ha gustado tu blog David.